¿Te estás preguntando en qué consiste el marketing emocional? En este artículo te desvelamos todas sus claves para que puedas conocer mejor esta tendencia creciente e incluso te animes a aplicarla a tu empresa o a tus acciones de comunicación o publicidad de forma eficiente.
¿Qué es el marketing emocional?
En primer lugar para explicar en qué consiste el marketing emocional debes conocer qué son las emociones. En la actualidad éstas son sin duda el verdadero motor social, lo que hace verdaderamente humanas a las personas. Las emociones llevan estudiándose muchísimos años, habiéndose diferenciado la tristeza, la alegría, la repugnancia o el asco, la sorpresa, la ira y el miedo como emociones principales aunque más tarde la lista se amplió hasta diecisiete en total. Otros teóricos evidencian que en la mayoría de casos las emociones se mezclan unas con otras para conformar diferentes sentimientos.
Así, debemos tener en cuenta que los seres humanos tenemos mucho más de emocionales que de racionales pues, aunque sabemos razonar, las emociones siempre toman el timón cuando algo nos despierta una o varias de ellas en concreto. Es por ello que para hacer un marketing emocional efectivo las marcas deben tener en cuenta este punto y trabajar para acercarse a sus públicos teniendo en cuenta qué emociones son las que les van a resultar más útiles de trabajar o despertar en sus diferentes públicos.
Con todo ello, podríamos definir el marketing emocional como aquel estilo de marketing que busca utilizar unas estrategias especiales para conseguir formar y desarrollar un vínculo tanto con los usuarios como con los consumidores y futuros clientes. Este marketing busca hacerles sentir, emocionarles y por tanto conseguir que se sientan partícipes de la marca o vinculados con un producto o servicio. En la actualidad esto resulta bastante complicado pues cada día estamos sometidos a miles de estímulos, a cada cual más inmediato y llamativo.
Las bases del marketing emocional
Dentro de las bases del marketing emocional encontramos algunos puntos a destacar. En primer lugar lo básico es conformar el vínculo entre el producto o marca y los consumidores. Para crear experiencias y despertar emociones en los consumidores sin duda resulta muy importante conformar y trabajar muy bien este tipo de vínculos para lograr que mientras los clientes sienten emociones, la misma marca esté viviendo experiencias a partir de sus clientes y esta relación se retroalimente siempre de forma bidireccional para seguir creciendo juntos. Las marcas además deben aprovechar todo el partido que el feedback de los consumidores puede ofrecerles para lograr seguir mejorando.
El siguiente punto básico es tener en cuenta que, como explicábamos anteriormente, en la era de la información los usuarios reciben muchísimos datos e impulsos cada día y es por ello que las empresas que de verdad quieran realizar un marketing emocional exitoso deben aportar contenido de valor y de calidad que además genere emociones en los clientes. Una buena campaña de marketing emocional está realmente trabajada, mucho más allá de lo que los clientes piensan pues para lograr que ésta de verdad funcione se debe analizar muy bien el público, la marca, el producto, y cómo se van a despertar las emociones (así como “qué emociones” se busca despertar en ellos) para conseguir que la campaña sea eficiente.
Sin duda una campaña de marketing emocional de calidad no puede ser algo ligero o que pase desapercibido, debe marcar a los usuarios, llamar su atención, despertarles y hacerles partícipes de la marca para que más allá de sus productos estos puedan encontrar en ella alguien que les comprende, que les hace vibrar, que les emociona, pues tiene mucho que ver con sus vidas, con sus historias… Hay que conseguir que los clientes se sientan parte de la historia de la marca y al mismo tiempo la marca debe ser consciente de que su historia no sería nada sin sus clientes, pues ellos son una parte fundamental de su camino.